Ariel Schettini

Blasco_Schettini

 

LA MEDIA SOMBRA

Not poppy, nor mandragora,
nor all the drowsy syrups of the world,
Shall ever medicine thee to that sweet sleep
Which thou owed’st yesterday
Othello III.iii

Cuando la noche cae soy otra.
Porque el día es otro y porque cuando el día cae, es la noche.
El día, la noche. El di, la no.

Pero pude haber dicho: cuando el día cae,
Exánime como queda por haber sido día todo el día,
Viene la noche y lo transforma,
Como si fuera un bicho, un animal una bestia noche feroz se levanta
Y el día ya no es el día, es la noche.

El proceso se llama la media sombra.
Las plantas dejan de liberar oxígeno y comienzan a darle carbono al aire, la media sombra también ataca.
Como un manto cae como una bestia, la media sombra.
Soy una araña pollito, o una tarántula que hace de la oscuridad su tela.
Que teje durante el día lo inevitable de la noche.
Dejo de respirar, a la media sombra nadie respira, como una araña.
Le das lo que quiere, la ponés en ese estado y así seducida, deja de respirar.

La parálisis del sistema nervioso, dicen, no les impide comprender.
Ponen cara de nada pero lo entienden todo.
Como una araña, que nadie vio jamás respirar, te acercás a la presa que está extasiada, o muda o impresionada o: Fascinada por el efecto de la media sombra.
Y caes sobre ella como una manta raya, con un aguijón en la boca dejás que el fluido penetre las vías respiratorias y paralizás el sistema nervioso central.
¿canto algo? ¿cantaré La Sonámbula cuando te penetre?
Te canto algo como una araña cantora que te fascina. Oíme.
Así empezamos. Yo te canté algo mientras estabas en lo oscuro,
en la penumbra del auditorio,
te vi y empecé a pensarte, yo araña y vos presa de mi tela,
de la voz de mi tela que desde el escenario se tejía como un arma de saliva…

A veces construyo el momento como en un teatro, como un teatro antiguo, donde sos el único oyente y las luces se van perdiendo. Sólo mi voz te sostiene y te fascina, mientras te canto y veo que por mi voz, dejás de respirar.

¿Cómo tomó conciencia Jesús de su materia divina?
¿se enteró un día? ¿o fue un proceso, como quien dice, de aprendizaje?
Iba juntando evidencia en su cuerpo una por una: hoy un milagro,
otro día una revelación y
finalmente un día se plantó y dijo: “soy yo el redentor”.
Como una planta, tampoco conozco el trámite:
¿Cómo pasa la planta de liberar oxígeno chupando dióxido de carbono a hacer exactamente lo inverso?
¿Es un proceso de molécula a molécula? ¿O es una catástrofe de todos los días en las que el sistema nervioso central de la planta (sus nervaduras) deja de producir oxígeno en masa y pasa a envenenar?
Yo sé que en un momento soy una y a la media sombra soy otra.
Y cuando comprendas de qué se trata lo mío,
vas a venir, sin respirar, mudo y fascinado a mis patas

Como la manta raya se apoya sobre la presa para cubrirla,
porque es un milagro, dejar de respirar.
como la araña va a su presa muda con el sistema nervioso central paralizado,
ni viva ni muerta: fascinada.
Si la presa muriera, dejaría de ser un bocado para la araña.
La desecharía de asco por lo podrido.
Es que a cierta hora del ocaso,
a la media sombra de la noche,
oíme,
soy un animal.

 

* *

 

LOS BESANTES

Mis amigos eligieron, para probar que el mundo no existe,
Un mediodía luminoso en un restaurante de Olivos.
Y resolvieron mediante un beso en público,
Que los amantes son lo único real del universo.

Yo ya lo sabía. No tenía necesidad del comentario
Y mucho menos de la demostración empírica.

Para probar que dos amantes
Se descubren a una verdad más real que lo real sensible
Refractarios a la vida y las costumbres
(Los modales son una mentira piadosa
Y ellos experimentaban con el fin de la historia)
Se besaron en un restaurante al mediodía
Entre la elección del menú y la llegada del servicio.

Yo hablaba con palabras
Urgido por establecer todo lo contrario.
Y sacaba temas nerviosos para que no insistan:
La actualidad, los viajes, todo lo inminente y de pasada.
(Ojalá no hubieran sido mis amigos)
Y desde ese planeta remoto de la soberbia enamorada
Los besantes echaban un vistazo a mi frivolidad
mundana y me incluían en todo lo perdido.
Todo lo que habían soltado de la vida y de la realidad
y de Olivos

Yo era testigo de esos besos repetidos
De los que salían íntegros e insatisfechos.
Pero para el resto de los comensales boquiabiertos, era un cómplice.
Sabía que querían probar más y que lo harían.
Y en la mudez estupefacta del restaurante de Olivos,
Se besaron, mientras yo buscaba en el menú algún plato envenenado
Para que ellos
O yo o el restaurante entero
estuvieran muertos

 

* *

 

ZORROS DE LONDRES

Los Zorros buscaron refugio aquí a partir de la Segunda Guerra Mundial. Desde ese momento, cambiaron su dieta de conejos salvajes y gallinas de granja por contenedores de comida rápida y basureros. Expertos estiman que a esta altura ya hay 16 zorros por cada milla cuadrada (2,6 kilómetros cuadrados) de Londres. [http://news.nationalgeographic.com]

Esta noche me quedaré despierto a esperar los zorros.
Los espero al acecho en la ventana, con la cajita feliz y con la cámara encendida.
No me tomarán de sorpresa.
Para lo que vine a Londres: cuna del socialismo, bien alimentado.
Zorros del mundo, uníos.
Los voy a esperar con alimento, para que se acerquen y con la cámara,
Para que me crean.
Que no pase lo de ayer:
“Anoche cuando Uds. salieron vinieron los zorros a mi puerta,
Peleaban por la basura, hasta que salí a poner orden
Y los vi escaparse como ratas por tirante. Corrieron hacia la izquierda y hacia la derecha.
Eran hembras desesperadas.
Y una voz desde el fondo de mi educación me dijo:
“÷No ven que también mi cuerpo se está yendo?”
Mañana les voy a dar leche.

Los zorros tímidos nerviosos, mientras revuelven famélicos basura.
Todavía no saben que esta noche voy a salir a saciarlos
Para que entiendan que soy El Príncipe.
Que yo también desespero a la noche
Tímido nervioso.

Esta noche, esperaré a mi familia de zorros de Londres.
Con la cámara común que tengo, con la leche entera.
Para que me crean.
Para entronizarme como el Príncipe de un territorio de 80 jardines,
Partir con ellos,
Como ratas por tirante.
Y sacá la basura una vez por semana,
Porque si vuelvo, es solamente por hambre.

 

* *

 

RETORNO AL ORIGEN

Hoy vi a una pareja de chimpancés
Que era devuelta a la selva.
Como si fueran aparatos con garantía.
Él había trabajado de actor de circo,
Ella de mona-objeto en pruebas biomédicas.
Estudiantes de lingüística, ambos
Conocían y podían combinar 32 signos.
Entre ellos, el del matrimonio que habían celebrado
Con apenas unos pocos veterinarios de testigo.
Y esta repatriación compensaba los servicios prestados.

Su operativo retorno comenzó
en el Centro de Rehabilitación
donde, para defenderse en un medio hostil,
les advirtieron sobre la naturaleza:
La naturaleza era árbol, fruta y bestias carnívoras
Y lo opuesto: soga, vianda, entrenadora.

Ella aceptó el nuevo entorno, porque era dócil
(o todo lo contrario).
Él, en cambio, se resistía a ensuciarse las patas
Pisando el suelo descalzo.
Y llegaba al borde del cemento, como si enfrentara
una pared,
En vez de un parque.
Y aprendieron que la comida ya no vendría en cajita.
Quizás lo más difícil fue
Esclarecer la diferencia entre “volver a lo salvaje” y “exilio”
Que el matrimonio no comprendía
Y no se podía profundizar,
Porque la audiencia del Animal Planet es, básicamente, infantil.
Y los simios, aun viejos, son como niños.

Finalmente llegó el día
En que se despidieron de los cuidadores.
Ella con besos y él con aplausos.
Se despidieron del fin de la cultura.
Y, renuentes, comenzaron a caminar en dirección a la selva.
Volvían al lugar donde habían nacido
Como jubilados, cuando van a un pueblo de Europa.

Cuando ella vio la arboleda corrió a su encuentro,
Como si por fin recordara.
Y entonces el círculo se cerró.
Habían llegado a donde todos queremos:
A la libertad.
Practicaron ese último sueño,
Y como estaban entrenados y desentrenados, lo cumplían a la perfección.

A mitad del camino, él volvió la cabeza
Y midió la distancia entre la selva y el Centro.
Su esposa se alejaba y él quedaba unos pasos atrás:
Y entonces,
Miró detenidamente el paisaje del ocaso africano
Como si pudiera ver ahora ambos lados de una nube.
Y se perdió en lo profundo.

* *

Imagen: Sofia Flores Blasco

Ariel by Ceci SzperlingAriel Schettini  es poeta, crítico, y profesor de Teoría Literaria en la Universidad de Buenos Aires. Publicó dos libros de poemas: Estados Unidos (1994) y La guerra civil (2000). Sus poemas han sido traducidos al inglés, al portugués y al francés. En 1995, fue becado por la Embajada de los Estados Unidos para participar del International Writing Program de la University of Iowa. Su ensayo, El tesoro de la lengua. Una historia Latinoamericana del yo (2009), revisita y relee los poemas más canónicos en lengua castellana. Su último libro Ariel Schettini Presenta recoge sus presentaciones de libros de literatura latinoamericana y es de próxima aparición por Editorial Casanova.
SimonJohn Oliver Simon  es un traductor distinguido que ha conducido a Gonzalo Rojas, Elsa Cross, Alberto Blanco, Jorge Fernández Granados, Eduardo Milán, Paulina Vinderman y Alicia Salinas, entre otros, del español al inglés. Dirije Poetry Inside Out (Poesía de adentro para afuera), un programa que enseña a los chicos a componer la propia poesía a través de la traducción literaria. Uno de sus poemas queda grabado en bronce en la vereda del Paseo de Poesía en su pueblo de Berkeley. Edita la revista en línea Aldebaran Review. Es abuelo de Tesla Rose Simon Moyer, nacida en 2008.


Publicado el 23 de abril de 2013 en Poesía.



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