Passagem Literária da Consolação [são paulo]
Julián Fuks
Llamémoslo malestar en las librerías. Sé que no soy el primero en sufrir este infortunio y que no seré la última de sus víctimas. En algún inventario de nuevas patologías ha de estar descrita esta incomodidad específica, intensa y sutil a la vez, que puede acometer al sujeto que vaga entre largas estanterías de volúmenes lustrosos y apelativos. Una náusea, quizás, un ansia cuya causa es difícil de distinguir: algo en el orden excesivo de los libros, en su prontitud obediente, algo en su evidente jerarquía. Cuanto más grande la tienda, cuanto más transparentes sus vidrieras, más fuerte el sentimiento – aunque en las pequeñas librerías de los aeropuertos el mal puede alcanzar dimensiones imprevistas.
Estoy seguro de que el fenómeno ya se ha propagado por un centenar de países, pero también de que encuentra en San Pablo una de sus áreas endémicas. Los habitantes aún letrados de la ciudad, obligados a las grandes cadenas y sus megastores infranqueables, casi no disponen de alternativas para pasearse libremente entre libros y perpetrar sus adquisiciones continuas. Disponen, sin embargo, de un ligero antídoto – o de un consuelo, como el nombre sugiere. Cruzando por debajo una de las principales avenidas, la “Passagem Literária da Consolação” ofrece un alivio a pulmones obstruidos por tanta purpurina, un respiro con el polvo de los viejos libros olvidados. Nada del orden mercantil sino el desorden propio de la vida. Nada de imágenes y eslóganes llamativos, sino unas cuantas tapas apagadas por los días. Nada de precios extorsivos, sino el valor imprescindible para los bolsillos de algunos libreros organizados en cooperativa.
Nadie encontrará allí, por supuesto, el último lanzamiento del escritor pop del momento, o las inciertas rarezas apreciadas por los críticos. Tampoco llega a ser una tradición de las más longevas: no puedo mentir largas tardes en esa galería, entregado al placer impoluto de las letras, a su indeleble pedagogía. Debo ser sincero: ni siquiera es uno de mis habituales destinos. Pero a cada vez que paso por ahí siento que algo se distiende en mí, se consuela, que puedo seguir mis pasos y mis días bastante más tranquilo.
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Passagem Literária da Consolação: pasaje peatonal en la esquina de las avenidas Consolação y Paulista.
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Imágenes: Julián Fuks
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